hay una lengua amable,
salivante en proceder
sanadora cuando crea lava in situ
la marca de lo cierto
una mano erecta y profusa
lentejuela en la mórbida noche
recurre a perversos accesos
sucesos inamovibles del cuento
da vuelta en vigilancia eterna
claudicando al beso prístino
aplaudiendo la mejilla corrupta…
latigazos de enemistad con todo.